Hace no poco tiempo escribimos sobre las candidaturas de izquierda que asomaban en el mapa electoral de 2009. Con un tono de burla no tomamos muy en serio a ninguno de los candidatos.
Sin embargo, el asunto ha decantado y tal vez convenga retomar el tema allí donde lo dejamos hace ya tres meses.
De las candidaturas descritas sólo subsisten dos, que con dispar suerte llegarán a Diciembre. Tras este intento de análisis subyace una pregunta a estas alturas casi imposible de responder, pero necesaria. A saber, ¿Qué significa ser de izquierda?
Obviamente que la tinta que ha corrido sobre esto desde 1917 hasta ahora solo permite remodelar un poco la pregunta.
Vamos entonces a los hechos:
La candidatura que copaba el clásico escenario de izquierda, vinculada a los comunistas y una zona desmembrada de los socialistas, correspondía a Jorge Arrate. Su estrategia era entrar en campaña desde la izquierda “históricamente excluida” y captar a los desencantados de la concertación bajo la graciosa definición de “reencantar al pueblo del NO”. Con rigor histórico e ideológico el ex ministro y literato aficionado, fijó su límite de crecimiento y se puso la soga al cuello sin que nadie se lo pidiera.
Fue entonces cuando ocurrió lo más insólito, la emergencia de MEO (me parece ridículo el acrónimo pero ya que parece que lo inventó El Mercurio lo dejaremos así, aunque la O le empiece a sobrar a estas alturas)
¿De que hablamos cuando hablamos de MEO?
Primera versión:
Un muchacho que temprano descubrió la ironía, que cruzo estudios de cine y filosofía y que se sentía portador de un apellido histórico pero que de manera equivocada, a mi juicio, tendió a universalizar como la respuesta a las desigualdades sociales. Entendió entonces que había llegado el momento de cambiar las cosas y que eso obviamente no lo haría la clase política tradicional que a estas alturas combate por la pura sobrevivencia.
De este modo se instaló la candidatura, arrimó a la bella y farandulera esposa y la cosa no se detuvo más. Su medición: las encuestas; su límite: ninguno, se puede permear incluso a la derecha. Hay algo de estrategia política francesa en esto, que duda cabe, una especie de Sarkozy de izquierda, pero con rasgos chilenos.
¿Cuál es el fin de la historia? Nadie lo sabe.
De acuerdo a esta versión, mi análisis anterior fue errado y aquí puede pasar cualquier cosa.
Segunda versión:
En un almuerzo familiar, el clan decide levantar una candidatura para pasarle la cuenta a la concertación que a estas alturas no se atreve a hacer balance de sus 20 años en el gobierno. Si a eso se le suma que el candidato de la concertación es el peor que pudo ser, pero nadie más quiso, la nueva candidatura se presenta como alternativa renovadora. Tras eso subyace, sin embargo, el rencor contra todos. Lagos, Insulza, Latorre, Tironi, Frei y quien sabe cuantos más, son parte del encono del Senador que le sugirió al hijo que cobrara la cuenta. La manera, ingeniosa por cierto, destruyendo el viejo edificio de las prebendas y pactos a través de una nueva cara. ¿El precio de la cuenta? Aún no lo sabemos, pero lo podemos sospechar.
Sea cualquiera de estas dos versiones u otras, es singular constatar que la candidatura de MEO ha sido promovida de manera entusiasta por El Mercurio y en general ha contado con la benevolencia de la derecha que ve en esta irrupción un modo de dañar a la concertación. Esta última no sabe que hacer y ya comienzan los desmarques. Es tal el inmovilismo que se espera una encuesta, la del CEP, para no confirmar el mal diagnóstico. Esto es como cuando alguien espera un diagnóstico médico. Mientras tanto solo cabe esperar…o rezar.
De confirmarse lo peor puede sobrevenir el terremoto, son tantas las posibilidades que se me ocurren, que mejor no anticiparse.
Es claro a estas alturas que la propia derecha comienza a mirar el asunto con desconfianza, pero como el partido central de la “Coalición por el cambio” no confía en Piñera, el asunto se resolverá naturalmente. Esto quiere decir contando votos.
Y mientras tanto los comunistas pactan con la concertación para poder, por fin, entrar al Parlamento. Es difícil entender que un partido revolucionario se obstine tanto en entrar a un edificio en donde cunde el desprestigio. Y se da entonces el paradójico hecho de que al apostar en serio por llegar al Parlamento, el P.C. entienda que la comparsa no son los candidatos parlamentarios sino su candidato presidencial, el Señor Arrate, pero les da lo mismo.
¿Y como entonces relanzamos nuestra pregunta?
El gran problema de la izquierda en América Latina hoy día, es que esta ha optado, o por el caudillismo militar o indigenista o por correrse hacía el centro desdibujando todo perfil y transformándose en fuerza administrativa.
Veremos que pasa y la pregunta de fondo sigue abierta.
viernes, 12 de junio de 2009
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
2 comentarios:
(En voz baja y algo ruborizado)
Yo le voy a la Pamela Jiles, más que nada porque tiene una mordedura sexy. ¡Aun así, muuuy difícil!
Por lo visto, los escenarios comienzan a estabilizarse por culpa de la famosa encuesta CEP.
Todos en el lugar que le corresponde: Navarro, Zaldívar y Arrate, juntos suman el 3%. Enríquez-Ominami alcanzó el techo que predijo Tironi y logró un nada despreciable 13%, pero que probablemente no crecerá. Falta aún entender qué significa.
Finalmente, Frei y Piñera empatan en el 40%.
Se terminó la carrera de varios caballos. Sólo dos llegarán a la final y ambos con posibilidades, aún.
Pero la encuesta tiene más: mientras Frei - el mismo del período anterior pero que intenta darse aires de un renovado progresismo - sale a terreno y comienza a convencer gente (lo demuestra su crecimiento sistemático), Piñera le pasa lo contrario: a más se le conoce, menos se le cree (lo demuestra su decrecimiento sistemático). Terrible encrucijada, ya que haciendo campaña sólo desde los medios no se gana una elección. De hecho, ya se le están agotando los temas: corrupción, delincuencia y crecimiento económico ¿qué más tendrá el señor Piñera para ofrecerle a un país que quiere ser más desarrollado y más justo? O ¿bastará con eso?
Publicar un comentario