Pensemos Chile

domingo, 28 de agosto de 2016

No más Filosofía. ¿Cómo no se les ocurrió antes?


Si algo faltaba para completar este declive en el que vamos a buen paso, una noticia aparecida en  la prensa el día miércoles 24 de agosto recién pasado, vino a colocar una nueva pieza a esta arquitectura tipo Frankenstein que el gobierno ha ido construyendo con una constancia que resulta admirable.   

Aquel día se informó que el Ministerio de Educación, si, el mismo, planea, en el marco de la reforma curricular de tercero y cuarto medio,  eliminar la asignatura de Filosofía  y decide, además,  una especie de fusión de la asignatura de Historia con otras materias.

Quizás algunos recuerden que un embate parecido se produjo a inicios de la década pasada, en el gobierno de Ricardo Lagos y cuando la Ministra de Educación era Mariana Aylwin. Si bien no se llevó a cabo la poda, la asignatura de filosofía quedó desde entonces bastante disminuida. Y he aquí que ahora, durante uno de los peores gobiernos de nuestra historia, que además se automoteja de progresista, se vuelve sobre este tema. Debo decir que no me sorprende, aunque me parece que la variedad de problemas en el ámbito educativo es tan grave que este tema podría haberse abordado con mayor calma. Pero claro, cuando no hay brújula y los asesores (muy bien pagados aunque no del todo calificados) abarrotan las oficinas públicas, las "ideas" brotan al compás de la displicencia y el empoderamiento que se entrega a una serie de personas cuyo mayor mérito reside en ser militantes obedientes y con las cuotas al día. (En esto, por cierto, hay honrosas excepciones)

Ante el estupor que esto ha provocado, la señorita Alejandra Arratia, coordinadora de la Unidad de Currículum y Evaluaciones del Mineduc (UCE), señaló algo así como que, la asignatura no desaparece, que se integra a una cosa que se va a llamar "Formación Ciudadana" y que esto sería un reclamo de la ciudadanía.  La noche del mismo 24 de agosto, el ex-rector de la Universidad de Chile, Víctor Pérez, calificó de "delirantes" las reformas educativas de este gobierno y de "febril" la idea de eliminar filosofía. Tras su indignación, el profesor Pérez habló de que, desde hace tiempo, "los gobiernos juegan o insultan nuestra inteligencia". A mí me parece que las declaraciones de la señorita Arratia van en el mismo sentido, son un insulto a la inteligencia.

Hay tres posibilidades, se me ocurre, de examinar esta "luminosa idea".

En primer lugar, que en el Ministerio de Educación hayan recordado y recogido el reclamo del entonces presidente de la CUT, Arturo Martínez, quien señalo, allá por 2011, que la violencia en las manifestaciones callejeras era producto de "cabros" a los que los profesores de filosofía les "metían ideas o leseras en la cabeza". (Al respecto en la primera época de este Blog escribí una columna, fechada el 4 de septiembre de 2011, y que en homenaje a Martínez se titulaba, La Piedra Filosofal. Perdón por la autorreferencia)

En segundo lugar, parece que se pretende privilegiar asignaturas o materias que sean "medibles" en el marco de las evaluaciones internacionales. Esto ya ha sido sugerido por diversas personas que comparten el estupor que ha generado esta idea.

Tras ello subyace este constante afán "globalizador” y la presuntuosa y absurda idea de tener una "educación de clase mundial". La pretensión suena tan descabellada como ridícula. Quizás sea dable pensar que el camino a una nueva forma de dominación lleva harto recorrido con la entusiasta ayuda de tanto sabio que anda dando vueltas por aquí. Precisamente son ellos quienes sostienen, entre otras cosas, que los saberes medibles o asimilables a ese tipo de "clase mundial" han de ser lo que permanezcan. Mezquina ha sido la naturaleza con las personas que sustentan una cosa como esta.

Una tercera hipótesis y, acercándonos a las declaraciones de la señorita Arratia, dice relación con que  la asignatura de filosofía no desaparece sino que sus contenidos se integran a ramos de "formación o participación ciudadana". ¿Qué ha hecho que ahora la "formación ciudadana" aparezca como contenido con tanta insistencia? Me parece que aquí hay un problema que plantearse. Se ha producido en el último tiempo, una acelerada desafección de la gente con las autoridades y con la política. Fenómeno preocupante pero explicable. Se estableció la voluntariedad del sufragio y ahora se plantea tornar a la obligatoriedad. Esto se debe a que ha disminuido dramáticamente el porcentaje de votantes. Se pretende cambiar la Constitución y para ello el gobierno ha montado un paripé, se llaman cabildos, donde la catarata de ideas debiera concluir en que la Constitución tendría que tener varios tomos para albergar tanta opinión que cabalga al amparo del sentido común y de los más propios deseos individuales. El tema constitucional es importante, no cabe duda, pero el mecanismo no parece ser el más feliz. Lo dicho, cabildos, desafección y voto voluntario, parece que llevan a los sabios de Alameda con Teatinos, a levantar la asignatura de “formación ciudadana” ¿Resolverá esto el problema de la desconfianza con el sistema político y convencerá a la gente de ir a votar? Solo alguien con muy pocas luces podría afirmar que algo así podría ocurrir. Muchas de las cosas que acaecen se deben, precisamente a la precariedad y segregación del sistema educativo, cuestión que no ha sido abordada con seriedad y menos en este gobierno, al que la palabra seriedad le queda como poncho, por decir algo.  Un sistema educativo sólido, un sistema público coherente con las necesidades del presente, permitiría que cuestiones como la Constitución, la participación y la responsabilidad con los asuntos públicos se formen tempranamente. Pero claro, ahora se pretende con una asignatura resolverlo todo. La filosofía puede colaborar mucho, pero no siendo absorbida. Un curso de filosofía permitiría abordar una serie de ámbitos del pensamiento y de la experiencia humana en dónde, por cierto, la política, la ética, la creatividad y el razonamiento ocupan un lugar central. No se trata de una postura dogmática, seguramente quienes enseñan  filosofía en la enseñanza media tienen mucho que decir y también, por cierto, examinar críticamente su propio quehacer. Lo que es inaceptable es que este gobierno pretenda resolver el problema de la desafección ciudadana instalando lo que me temo será más bien una  especie de catecismo a los que son tan afectos los asesores, los consultores-expertos y los intermediarios-ciempiés, que tanta gloria han dado a este gobierno. 

domingo, 11 de agosto de 2013

LAN y SKY. ¿Cuales son las normas de seguridad de los vuelos?


Vuelo 246 de LAN. Estaba yo en el aeropuerto de Valdivia dispuesto a regresar a Santiago. Aquello ocurría el domingo 4 de agosto. El despegue estaba anunciado para las 16:30, El vuelo 246 había salido de Santiago cerca del mediodía, primero se dirigió a Osorno en donde desembarcó pasajeros y, a la vez, embarcó viajeros rumbo a Santiago. Se suponía que luego se dirigía a Valdivia para realizar la misma maniobra y regresar a la Capital. Al llegar al aeródromo de Pichoy (cerca de Valdivia) a eso de las 15.30, se nos informaba que dadas las condiciones climáticas adversas era altamente improbable que el avión aterrizara en Valdivia. Se nos agregó un dato, la nave tampoco había conseguido hacer pista en Osorno y se había dirigido a Puerto Montt en donde, yo sospechaba, su tripulación pasaba una tarde tediosa a la espera de los informes de la Dirección de Meteorología. Al preguntar al personal encargado que iba a ocurrir si, como ellos alertaban, el vuelo se cancelaba, se nos dijo que no había claridad y no se vislumbraban alternativas de solución a los cada vez más fastidiados pasajeros. Tras una hora y media de tediosa espera, en un aeródromo más pequeño que cualquier estación de buses, se nos informó, ya eran las 17:00 horas, que un bus nos llevaría a Puerto Montt y que el vuelo 246 nos esperaba allí para tornar a Santiago. Se insistió en que las condiciones climáticas hacían imposible la operación de aterrizaje de la nave y que un intento en ese sentido podía poner en peligro la vida de toda la comarca que rodea el aeródromo. Resignados y ansiosos nos aprestamos a subir al bus. El clima era, en efecto, de fuerte viento, chubascos aunque por algún lado de lo alto el sol hacía amago de despuntar con lo cual todo indicaba que la visibilidad requerida para aproximarse a la pista no era nebulosa. El problema, insistían las funcionarias, indolentes antes que nada, era el viento. No quedó más remedio y comenzamos a instalarnos en un bus de una incomodidad no muy diferente a la de los aviones que surcan, a veces, los cielos de esta parte del mundo. Lo interesante fue que cuando estábamos arriba del bus, aún en Pichoy, aterrizó un avión de Sky proveniente de Santiago vía Concepción. Se anunció que recogía a sus pasajeros (los que nos hacían musarañas a nosotros) y regresaba a Santiago de nuevo vía Concepción.

A partir de aquello surgió la pregunta obvia, ¿Cómo es posible que un avión de otra compañía arribe a una zona con condiciones climáticas “adversas”, mientras una nave de la mayor compañía aérea que existe en el país no se atrevía?. Se hicieron las consultas las cuales se manifestaban a la par de una creciente indignación. Se nos dijo que los parámetros de seguridad entre una compañía y otra eran diferentes y, se deslizo, con su que, que a los pilotos de Sky les pagaban por aterrizar y por ahorrar combustible, cuestión que LAN, obviamente no hace. Se pintó un cuadro que diferenciaba a las compañías, LAN, altos estándares de seguridad a la par con la clase mundial que dicha empresa profesa. La otra, a la par de alguna compañía de cualquier miserable lugar del mundo subdesarrollado. No quedó más remedio que recorrer por tres horas y media la carretera al sur mientras los pasajeros de Sky, presumiblemente, ya tomaban él te en sus casas mirando el CDF o padeciendo la inevitable depresión dominguera que inicia siempre cuando oscurece.

Así no más fue la cosa. Llegamos a Puerto Montt a eso de las 21.15, nos embarcaron, como se decía antes, a “mata caballo” y arribamos, por fin, a nuestro destino luego de las 23:00. De todo esto surgen varias preguntas que conviene retener.

 

1.       ¿Es cierto que los estándares de seguridad pueden ser tan diferentes? Cabe colegir de eso que mientras una compañía opera en connivencia con la posibilidad del desastre, la otra no corre riesgo alguno Da para sospechar, sobre todo respecto del discurso de LAN. A veces he tenido suerte y he aterrizado o despegado desde Valdivia con climas más horribles que los de aquel día. ¿No debiera alguna autoridad competente, donde la haya, hacerse cargo de esto?

2.       ¿Es posible que fruto de la explotación desmesurada a la que LAN somete a su flota y a su personal se haya producido alguna falla en otro sitio y esto haya desencadenado un efecto en cadena?

3.       ¿Llegará el día en que los “picantes” aeródromos del sur, se les da en llamar pomposamente "Aeropuertos”, (me refiero a Temuco, Valdivia y a esa verdadera "pampa" que hay en Osorno) mejoren no sólo su infraestructura, sino también, mejoren la tecnología que permita operar en condiciones adversas? (eso si es que LAN tiene razón y Sky desprecia la vida humana, cosa difícil de creer.)

4.       ¿Son las naves que se utilizan las más apropiadas para esas zonas?

Todo esto se ha venido planteando desde hace muchos años y sería conveniente que alguien, al menos, dijera algo. ¿No?

domingo, 28 de julio de 2013

¿Nueva Mayoría?


La natural mentalidad de zafarrancho que pinta a este país ha hecho que durante un par de semanas la derecha haya acaparado la atención de todo el mundo. La cosa comenzó con la renuncia de Pablo Longueira lo que llevó a la declaración de un estado de alarma no sólo en la derecha sino también en lo que jocosamente, a mi juicio, se ha dado en llamar, “Nueva Mayoría”. ¿Cuál era la preocupación del nuevo conglomerado? Todo indica que la situación forzada por la UDI descolocó a los “nuevos” toda vez que estos ya daban, siguiendo el designio de las encuestas, la elección de noviembre como un trámite. Antes de la previsible designación de la Ministra del Trabajo, la derecha vivió, siguiendo sus viejas costumbres, un proceso de violenta controversia marcado por una natural tendencia al canibalismo. La principal víctima de esto ha sido Carlos Larraín, sujeto con pretensiones de humorista y que ha sido uno de los pocos que ha intentado descifrar, al interior de la derecha, el verdadero carácter de este gobierno. De allí, posiblemente, que La Moneda haya operado con virulencia en contra del partido del Presidente, partido que, por lo general, cumple el rol de víctima a la perfección. Decantadas las cosas la candidatura de la otrora ministra ha iniciado su camino y en verdad la cosa no va a dar para tanto. Esto puede permitir que la otra candidatura fuerte remonte el tranco y recupere la calma, lo cual no indica que sea lo mejor que pueda pasar. Al respecto es interesante lo que ha señalado Guido Girardi. Con un tono que emula las peores prácticas del populismo, el Senador ha indicado que Bachelet está “condenada a cumplir lo que piden los movimientos sociales”. Nos hallamos en presencia de una suerte de límite muy marcado y que pretende transformar en realización concreta un estado de ánimo que expresa aún un síntoma de malestar. Aquello no ha sido suficiente pensado no obstante a alguien como Girardi no se le pueden pedir ese tipo de sutilezas. Por lo tanto, se instala al interior del comando puntero una nueva tensión ya repetida hasta el hartazgo, ahora entre, “Conservadores” y “Progresistas” como antes lo fue entre los que se flagelaban y los que no lo hacían. A partir de allí se emplaza el marco perfecto para el desarrollo  de la campaña ya que a la candidata de la “Nueva Mayoría” le acomoda sobremanera la ambigüedad. Por tanto en medio de esa trifulca no pasa otra cosa que el fortalecimiento de una candidatura que a la luz de la constitución de todo tipo de comisiones, chuteará la pelota lo más lejos posible. Contribuyen al alimento de dicha ambigüedad declaraciones de un connotado protagonista de la política de la transición, el Sr. Ominami. Este sujeto ha alertado respecto a la “disolución” de los compromisos de Bachelet vía presiones de fuerzas que él define, con todo desparpajo, como “conservadoras”. ¿Por qué preocupa tanto eso a alguien que según propias y rimbombantes declaraciones abandonó ese rebaño cuando aún se llamaba Concertación? Es posible que nadie pueda deshacerse de su condición de actor y  por ello su mayor esfuerzo sea no quedar bajo la mesa. Las declaraciones de quien fuera Ministro y Senador son todo un síntoma de la impostura a la que juegan los llamados progresistas y también los conservadores. En eso coinciden, los Ominami, los Girardi, los Larraín, se trata de que el carro no se meneé tanto como para que algunos de los comensales se caiga en medio del camino.

La derecha ha demostrado que puede prepararse para guarecer una institucionalidad que a estas alturas ya no les pertenece por completo, ya que su arquitectura la terminaron de levantar los gobiernos de la “transición”. Esta certeza es la que hace que los mismos de siempre puedan decir lo que dicen para que la cosa siga en su empate. ¿Qué mejor cosa para los de la “Nueva Mayoría”?

  

domingo, 7 de julio de 2013

La primaria vez


¿Qué se celebra cuando se gana una elección? A una pregunta obvia, una respuesta obvia; contar con la mayoría de quienes votaron y se entiende representan aquello que se daba en llamar la “voluntad popular”. Eso puede explicar el notable jolgorio de la resucitada Concertación que se ha jactado de la arrolladora victoria de su principal candidata lo que no cabe sino calificar como un fenómeno sin parangón en la historia de Chile, sin ir más lejos, Andrés Zaldívar la comparó con Carlos Ibáñez del Campo pero en buena, se entiende. A partir de esto se ha desatado la euforia y los vientos de cambio soplan cual tornado que no ha de dejar nada en pie. ¿Qué viene luego del entusiasmo? Por lo general y en todos los planos, viene algo así como una mirada fría y un poco más racional que la de los alaridos de la pasión desatada. Lo que se ve en esta resaca es más o menos lo mismo de siempre. El posicionamiento de actores ya conocidos, no vale la pena nombrarlos y, por encima de todo, la permanencia de un estilo que no ha cambiado y no va a cambiar.

 Una de las pocas cosas buenas de las primarias es que parece muy saludable que en la Región de los Ríos haya sido derrotado Juan Gabriel Valdés. Es de celebrar que no haya sido elegido como candidato a senador alguien, que en su función de ministro de relaciones exteriores, hizo todo lo posible por traer de regreso a Pinochet. 

Otro dato que arrojó esta primaria es también la fantasía de un imaginario “liberal”, a este país le falta mucho para eso, y que se encarnaría en Andrés Velasco. Su votación es un rescoldo de antiguos votantes de MEO que se cuelgan y descuelgan de la Concertación según la micro que vaya pasando y también una importante porción derechista que, en su momento, también voto por MEO. Aquí no hay otra cosa, antes y ahora, que la novedad que entusiasma de modo inherente a los humanos. En lo que refiere a los otros dos candidatos no hay mucho que decir, salvo que la ingenuidad es una enfermedad de difícil tratamiento y con escasas posibilidades de cura definitiva.

En lo que refiere a la derecha el panorama tampoco es muy resonante más allá de la pirotecnia. En su patético discurso de aceptación de la derrota, Andrés Allamand alegó haber ganado en comunas populares y que perdió en el barrio alto y eso lo hundió. Parece un mal argumento toda vez que lo deja descolgado de aquellos a quienes dice representar. Pero eso le ha pasado siempre y ha implicado que nunca le haya ganado una elección, a nadie, ni siquiera a su sombra. Por ahora además de sentirse “humillado”, si asentimos a lo que dicen las versiones de prensa, Allamand vuelve a ser cadáver y seguirá siendo un “buen tipo” para la Concertación.

En lo que refiere a Pablo Longueira, la UDI lo hizo de nuevo. Catapultó a escena a un personaje que les permitió barrer a sus adversarios y que proviene de las más rancias filas del pinochetismo. Antes fue Lavín; si algo tiene ese partido es que es fiel a su cuna cosa que las confusiones psicológicas de algunos de R.N. no les permiten ser. Longueira y los suyos inventaron una de las más curiosas denominaciones de las que se tenga memoria en el último tiempo, a saber, “el centro social”. Curioso invento que nadie podría definir muy bien y que claramente no reside allí donde la UDI tiene su capital más fuerte de votos. En realidad es una de las variantes con que los extremos de la derecha tratan de aparecer bajo la forma de una especie de moderación. En 1989 Fra-Fra inventó lo del “centro-centro”. Por esos mismos años el inefable Allamand inventó otro término curioso, a saber, “la centroderecha”.   

A partir de ahora se dará cuenta de la campaña final, de seguro se dirá y pasará de todo, lo cierto es que más allá de las dos opciones mayoritarias este país no parece estar a la altura de las complejidades del tiempo presente en donde imperan una fuerte desigualdad económica, enormes abusos en servicio básicos y, por cierto, una alta cuota de irracionalidad, la que se expresa, de modo preferente, en las manifestaciones estudiantiles que sintomatizan otro grave problema de nuestra sociedad

La guinda de la torta la coloca el Servicio Electoral.  Encabezado ahora por un militar, es decir por alguien que proviene de instituciones fuertemente jerárquicas y sin espacio, aparentemente, para la deliberación. El personaje es singular. El General Juan Emilio Cheyre de cuyo mando se recuerda la tragedia de Antuco y el haberse arrojado a los brazos de la Concertación que le arrancó un “nunca más” un tanto ficticio y de la boca para fuera. Si pensamos en aquellas cosas que ocurrieron bajo su mando y en la incapacidad que ha tenido para explicar temas referidos al funcionamiento electoral no cabe duda de que estamos ante alguien bastante inepto. Aquello parece ser la regla en el país de las primarias. 

 

domingo, 2 de junio de 2013

Interesante y muy Lamentable


El comienzo de las campañas presidenciales ha traído, como era esperable, una serie de cuestiones, por cierto, todas muy interesantes. Primero hay que recordar la estrepitosa caída de Golborne, probablemente el candidato más “penca” que haya tenido partido alguno en mucho tiempo. Interesante es notar también que la caída de Golborne se produjo debido a una acusación referida a su desempeño en Cencosud. Interesante es también que una vez caído Golborne, lo de Cencosud se le olvidó a todo el mundo incluidos Andrés Allamand y también la Concertación.

Otro dato interesante es que poderosos políticos que han operado en lo fáctico desde hace décadas, se van de la primer línea, No siguen Jovino Novoa, Camilo Escalona y Carlos Larraín, dicho sea de paso, representan más o menos lo mismo. ¿Por qué se van? Es posible que una lectura optimista diga que ceden paso a otra generación, pero no seamos ingenuos, lo que hacen es buscar una línea de retirada que les permita seguir teniendo un ojo avizor sobre los intereses que defienden como si fueran intereses de todos.

También es muy interesante lo que pasó con las primarias que ahora serán muy acotadas, este hecho fue precisamente el que precipitó la salida de Escalona. Parece ser que la clase política no entiende mucho el tono de los tiempos, en defensa de ellos se puede decir que nadie lo entiende mucho, las cosas están cambiando, pero no sabemos todavía hacía donde va este asunto.

Las primarias son una idea interesante, es posible que se hayan ideado con la natural prisa y desprolijidad con que, por lo general, se hacen las cosas en estos lados. La idea, en todo caso, no es descartable. No se trata de votar por votar -hay dictaduras que se llevan bastante bien con constantes procesos electorales- pero probablemente la primaria era una buena instancia para instalar un debate menos jerárquico y menos mediático, tal vez con más contenido y atisbando, aunque fuera parcialmente, un tono participativo. Pero no ha sido posible y se ha impuesto más bien el cálculo y la componenda propia de las camarillas, como siempre. Esto es muy lamentable, sin duda.

También resulta muy lamentable que la Concertación insista con Bachelet como su carta ganadora. ¿Habrá cambiado ella desde 2006 a 2013?  Es algo muy improbable. Es lamentable que ante un escenario nuevo y complejo de escrutar, la propuesta de una coalición que se pretende mayoritaria, sea la de una candidata que en sentido estricto es más de lo mismo y menos de lo otro. Es evidente que la clase política de la Concertación y de sectores ahora anexos a ella, haya operado más bien bajo la forma del instinto de supervivencia y bajo una lógica muy elemental, a saber, volver a gobierno. El sentido se tal aserto ha de ser algo así como que luego de Piñera no es muy difícil el gobierno. Pero probablemente se equivocan ya que aún no han despertado de la inercia.

En todo caso, ninguna de las candidaturas presidenciales que salen al ruedo parecen abocarse a intentar comprender el actual contexto, un contexto difícil de entender y que parece desbordarnos por todas partes.

domingo, 10 de marzo de 2013

Preguntas para 2013


1.      ¿Abrirá la boca, por fin, la Directora de ONU-Mujeres?

2.      ¿Sabremos algún día cual fue la verdadera causa por la que Ratzinger abandonó con tanta prisa sus aposentos Vaticanos?

3.      ¿Será la entente política entre la concertación y el partido comunista algo diferente a cuando coinciden el hambre con la necesidad?

4.      ¿Sabremos alguna vez, aunque sólo sea para el rigor histórico, donde en el Caribe murió Hugo Chávez?

5.      ¿Seguirá el ministro de Educación encabezando el listado de los cara de palo?

6.      ¿Se develará por completo la trama que ha tenido entre rejas al antiguo Presidente de la CNA?

7.      ¿Se arrancarán los ojos antes de la primaria los candidatos de la alianza de gobierno?

8.      ¿Habrá record de candidatos presidenciales para ayudar a enredar más el rio revuelto?

9.      ¿Deberemos seguir soportando a Fernando Villegas?

10.  ¿Y la izquierda?

domingo, 23 de diciembre de 2012

Nada Cambia


Dos pequeñas observaciones sobre la prensa y cosas anexas

1. El balance que puede hacerse respecto de la cobertura mediática a propósito del reciente proceso de La Haya, es francamente deplorable- Descontando el canal CNN, el grueso de la cobertura televisiva y de la prensa escrita, apuntó a la negación de información, la ausencia de argumentos y la minimización de la posición del otro litigante.Se nos ha presentado este litigio como si fuera un partido de futbol, apelando a los más bajos sentimientos patrioteros y a la reivindicación de una historia un tanto ficticia en la que siempre nos asiste la razón y todo el resto está equivocado. Se nos da entender que la envidia carcome a nuestros vecinos que montan una suerte de conspiración donde todos están contra nosotros.
La prensa, especialmente la escrita, ha levantado expectativas respecto de este proceso que a la larga pueden tener graves consecuencias si llegase a ocurrir la circunstancia de un fallo adverso.Esta falta de información la inauguró la prensa chilena a propósito de la detención de Pinochet en Londres en 1998. Desde entonces esta ha sido la constante. La prensa escrita y la información noticiosa de l televisión, han producido y siguen produciendo un inmenso daño a lo que se entendía como el sentido ético del periodismo. A estas alturas nadie responde por esto que bien podría definirse como una nueva herida moral en esta sociedad.

2. Un asunto vinculado a la información ha ocurrido en estos días.. En Chile no se hace mucha investigación periodística y a veces la que se realiza es acallada por medios dominantes que nos venden, ya lo dijo Marcuse, intereses particulares como intereses generales. Tres periodistas dedicados a la investigación fueron asaltados y se les robó importante información- No se trata de una casualidad, los tres se han dedicado a investigas sobre cuestiones políticas y, en algunos casos, han indagado sobre los irresueltos temas acontecidos durante la dictadura.
Nadie ha dicho mucho sobre esto. La vocera de gobierno se ha referido al tema como un acto de “delincuencia”. Si ella dice eso es porque sabe que se trata de  una operación que se pretende minimizar. Ahora, si de verdad lo cree, estamos en presencia de una vocera que tiene menos luces que una balsa.
Entre una prensa obsecuente con los grandes intereses y una investigación periodística escasa y perseguida estamos más o menos igual que en otros tiempos.