La Familia

A propósito de una irónica fotografía que reprodujo el blog “Pensemos Chile” y que apareció en el hebdomario “The Clinic” y que muestra a una Nana al lado de los patrones en vacaciones haciendo ver la idea de que la sirvienta es “parte de la familia”, pero solo parte, se me ha ocurrido bromear con el concepto de familia. (digo bromear para que nadie se ofenda)
Lo hago porque me parece interesante discutir la idea de que la familia no debiera ser el núcleo de esta complicación marrullera que llamamos sociedad. Advierto que esta idea es la única que me ha parecido interesante de la candidatura de MEO, candidatura sobre la que ya he opinado con suficiente ira en entregas pasadas. (Ira que no hace más que crecer según pasan los días)
Además y pensando en iras anteriores, referidas a la píldora y a la beatería que la circunda, la discusión me parece relevante. No digo por cierto que dos individuos no puedan reunirse y formar “algo”, algo que no tiene porque obedecer a mandatos terrenales ni divinos. Ni menos, por cierto, estar condicionado a diferencias, de raza, clase, sexo o lo que sea.
Mi argumento es muy simple.
La derecha conservadora y su brazo clerical, nos ofrecen un concepto de familia que debiéramos seguir ya que de lo contrario la civilización cristiana y occidental corre peligro.
¿Por qué? Me pregunto yo.
Si nos remontamos a los orígenes de tan venerable tradición, es decir, al mito del génesis, el ejemplo de familia que allí se nos ofrece no es de lo más edificante. Por lo demás el concepto de familia ha sido asociado siempre a la mafia, crímenes, secretos inconfesables, pasiones desatadas, violencia, etc.
En el mito del génesis se narra la historia de una familia que no se si será digna de imitar.
Adán, el macho, fue engatusado por su mujer con una manzana y se perdieron para siempre. ¡Vaya matrimonio!
Los hijos, ni hablar. Caín mató a su hermano Abel, se dice que con la quijada de un burro, y luego dijo no saber nada cuando dios le preguntó. (¿Habrá sido sólo la quijada del burro?)
Con ese modelo de familia yo no comulgo.
Ya viene siendo hora de que pensemos en otra cosa.