Y entonces todo comienza de nuevo. El año, el verano, el gobierno, la fiesta.
Seguimos atrapados por el inminente balotaje y hemos visto, no con asombro en mi caso, como
algunos pequeños personajes pretenden ser grandes, dando apoyo público a uno de los candidatos.
Eso implica un intento por figurar, otorgarse importancia incluso poniendo condiciones (como el patético caso de Patricio Navía) y pensar que uno tiene”algo que decir”.
A estas horas, viernes 8 de Enero a media tarde, los medios anuncian que el Senador Ominami ha entregado su apoyo a Frei. ¿Para eso tanto alboroto, rasgado de vestiduras y románticas proclamas populistas y absurdas?
Más interesante es la reunión de Piñera con Vargas Llosa. El candidato pretende romper el lugar común que los “intelectuales” están con la izquierda. Eso aquí no es posible ya que la izquierda dejo de existir.
Mario Vargas Llosa es un gran escritor. Sus novelas son de lo mejor que ha producido la literatura de estas costas en los últimos 40 años. No obstante, cuando a Vargas Llosa lo sacan de la ficción y lo instalan en la realidad se torna un tipo menor. Como no recordar, por ejemplo, que perdió las elecciones de 1990 en Perú....frente a Fujimori, lo que ya deja harto que desear.
Sin embargo es válido que apoye a Piñera, aunque el no vote, pero también dudo que el grueso de los votantes "del cambio", incluyendo al propio Piñera, hayan leído alguna vez “Conversación en la Catedral” o “La Guerra del Fin del Mundo”. Da igual, le aporta novedad al facismo en ciernes.
Su sacristanes en esta misa, Edwards y Ampuero, tal vez pueden ser metidos en el mismo saco. Edwards no es un mal escritor, de ideas buenas aunque nunca bien llevadas a cabo. Hay quien cree que si no fuera pariente de su tio Joaquín su obra sería más pobre. Si apoya a Piñera está bien, tampoco ha estado muy lejos del poder a lo largo de su vida. No hay que olvidar que su mayor mérito político reside en haber sido ignorado por Fidel Castro cuando Allende tuvo la genial idea de enviar al diplomático Edwards de consúl a la isla.
Ampuero es caso aparte. Penoso, que más decir. Curiosamente también famoso por sus asociaciones con la isla aquella......
Respecto de Vargas Llosa, habría que decir, para explicar su impostura, que al igual que otros intelectuales que en los 50 y 60 adhirieron a la izquierda ahora cambian de chaqueta. Le paso a Octavio Paz también.
En todo caso su desencanto y conversión se explica por sus ideas, quizás. No se bien. De cualquier manera no había que ser muy brillante para darse cuenta que el experimento socialista de la ortodoxia comunista estaba destinado al fracaso. Eso lo anunció gente que nació antes que Vargas Llosa.
¿Y QUE HA DE PASAR?
NADIE LO SABE. Sospecho que muchos seguidores de Meo, dejando de lado a los momios que no eran pocos y a los que vuelven a los pastos de la democracia concertacionista, votaran nulo ya que prefieren que la concertación desaparezca. Tal vez tengan razón, pero claramente el remedio será peor que la enfermedad.
Todo parece atarse a la impostura en estos feos tiempos bicentenarios.
viernes, 8 de enero de 2010
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1 comentario:
Lo cierto es que ante un proceso eleccionario como el que estamos viviendo desde hace algunos meses, en que las propuestas concretas de gobierno han sido equívocas, ambiguas y con una retórica abundante en lugares comunes, el interés y las expectativas se ha concentrado más bien en “las adhesiones”. Edwards adhiere a Piñera, pero en su performance lo acompaña Vargas Llosa; éste adhiere al candidato de la derecha, pero lo oficializa invitado a inaugurar el Museo de la Memoria; Navia adhiere a Piñera, pero lo hace “poniendo condiciones”, porque viene supuestamente de un reciente desencanto concertacionista (aunque no recuerdo una adhesión personal tan clara de su parte a algún gobierno de la concertación); y, desde el otro lado, intelectuales y académicos apoyan a Frei porque, al parecer, cuando la alternativa es la derecha, “el miedo es más fuerte”. Parece que varios que consideraban que “Concertación” era una mala palabra y que Bachelet era un “instrumento”, se han dado cuenta de pronto contra quién se ha tenido que gobernar en estos años. Yo tomé mi decisión, pero no hago campaña.
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