Pensemos Chile

domingo, 13 de junio de 2010

Mundial de Idiotas

Creo recordar que alguna vez Uumberto Eco definió al fútbol como un “rito caníbal”. Y si bien algunos entrañables personajes de las letras y la música han orillado en torno al fútbol, este no tiene valor literario ni artístico y no tiene porque tenerlo.
Tampoco es un deporte en el viejo sentido de la palabra. Se trata más bien de un juego que organizado de modo competitivo puede resultar muy entretenido. Pero no es más que eso.
Otra cosa es el negocio que en torno al fútbol montan la FIFA, los Estados, las transnacionales y los medios de comunicación que nos ilustran sobre temas tan diversos como, por ejemplo, las novias famosas de los futbolistas o el sueldo de los entrenadores.
Pero eso es otro asunto.
El problema de hoy día es que el mundial de Sudáfrica es para nosotros, a quienes nos justa el juego del fútbol, un breve recorte futbolero adornado por una interminable marejada de estupideces que los medios señalan en su expedición al continente africano.
No deja de producir cierto rencor con la especie humana el escuchar a esos reporteros que se han tomado la expedición a Sudáfrica como si fueran corresponsales del “National Geographic” y se encargan de mostrarnos la exótica forma de vida de personas “extrañas”. Y mientras tanto el juego del fútbol no asoma por ningún lado.

Hay que agregar a lo anterior el hecho de que los canales de televisión han llenado su programación con espacios que giran en torno al mundial pero que no hablan de fútbol. Se trata de una política editorial insufrible y a la que parecemos condenados cada vez con más frecuencia.

La guinda de la torta la puso la televisión “pública”, que obtuvo los derechos de trasmisión del mundial y luego vendió los mismos derechos a una cadena de televisión satelital.
El resultado es que gracias a esta inteligente política, en este caso, de “televisión pública”, se restringió la trasmisión de los partidos del mundial a un porcentaje muy bajo. Si alguien quiere ver otros partidos deberá, contratar la televisión satelital o emborracharse en un bar en donde exhiban los partidos. La otra posibilidad es verlos por Internet a través de la página de la “televisión pública”, negocio redondo para las satelitales, los proveedores de Internet y los cantineros.

Es verdaderamente penoso no poder ver los partidos del mundial y escuchar hablar del evento todo el día. Claramente en Chile no hay sentido público y la televisión no es la excepción.
Si a eso le agregamos esa sensación en aumento de triunfalismo en torno a la participación del equipo chileno en Sudáfrica, sensación que mezcla un cierto tufillo nacionalista y de superioridad, el asunto es insufrible.

Ya parece, en todo caso, que el fútbol difícilmente podrá rescatarse de esta maraña.

3 comentarios:

SalonHugo dijo...

Bueno y como comenté el fin de semana, Carcuro ya nos sepultó. Nos dijo que nuestra selección es más que Francia, Uruguay, Sudáfrica y México, en referencia a los primeros dos partidos. Sólo falta que Solabarrieta se nos ponga a llorar luego de tal pronóstico.

Enrique Fernández Darraz dijo...

Algo similar ocurrió en Alemania en en los mundiales del 2002 y 2006 con la televisión. Pero el canciller alemán, Gerhard Schröder, más por populismo que por cualquier otra consideración, logró que la televisión abierta transmitiera todos los partidos.
Con todo lo payaso que a veces era, Schröder tenía al menos un mínimo sentido de estadista y, sobre todo, de la oportunidad.

fernandezdarraz dijo...

Pues me parece que ese es un tema central. De hecho, por lo que sabemos, los juegos de cuartos de final no serán trasmitidos por la tv abierta. Interesante como el gobierno no se entera del tema en atención a que la tv pública es...autónoma. Cabe además decir que el razonamiento ha de ser, "bueno, si ya pagan extra para ver el campeonato local que es un fiasco y la copa libertadores, ¿por que no pagar por el mundial, así como se paga por usar carreteras de alta velocidad? en fin