Pensemos Chile

domingo, 29 de agosto de 2010

Un Presidente no facista y además choro

¿Y ahora quien podrá contrarrestar esto?
A la luz de los hechos de las últimas semanas queda claro que el gobierno copó la escena haciendo gala de un acabado conocimiento de estrategias comunicacionales en las que coexisten el sentido de la oportunidad, y una persistencia incontestable.
A quienes no son partidarios del gobierno les haría bien pensar que el problema es más severo que un interregno electoral que se acabará en 2014.
La estrategia de la derecha llegó para quedarse y a eso le ayuda el hecho de que la oposición se enrede –quizás por cuanto tiempo- tratando de armar un pacto entre fuerzas distintas como si aquello sumara votos. Si así fuera, Frei debió haber ganado la elección con el apoyo de Bachelet.
La izquierda avanza hacia la fantasía de una convergencia amplia que no hace otra cosa que demostrar que no tiene programa, proyectos ni ideas. Nuevamente se impone el argumento de la suma de fuerzas como equivalencial a suma de votos. El problema es cómo tal enjambre podrá conquistar votos de un electorado que se olvido que la izquierda existe.
La pelota está en la cancha de la derecha, pero no en cualquier cancha, se trata la cancha comunicacional. De allí vendrán las migajas y cantos de sirena de que vivimos en una sociedad plural. La rica cartera comunicacional de la derecha invita a los iluminados de la contraparte a compartir y a publicar sus ideas, si al fin y al cabo todas las ideas son respetables.
Pero nada más. La nueva fase de concentración de medios de comunicación impone la hegemonía de un discurso único pero con toques de simpatía e incluso de hospitalidad a aquellos que son críticos.
De allí que la mejor operación comunicacional de la derecha es mostrar a Piñera desprendido de las rutinas y montajes de los aparatos de inteligencia. El presidente “no es como la derecha fascista”. Ese es el gran triunfo del gobierno que ha convencido a no pocos, de que aquello es verdad.
Y ocurre entonces un hecho notable.
El país tiene problemas para forjar su matriz energética. El Estado entregó la proyección y administración de ese negocio a privados. En estos momentos se planteó la construcción de la termoeléctrica Barrancones. El alarido fu unánime. Protestas y rasgado de vestiduras frente a intangibles, intangibles si los comparamos con el trabajo, el salario, la seguridad social y jurídica, las pensiones y el acceso a salud y educación. Son más choros los pingüinos de “Punta de choros”. Toda esa manga de ingenuos se apuntan un triunfo ante la actitud magnánima del Presidente que escucho el “clamor popular” y les dio en el gusto.
¿Cuál va ser la próxima pelea?, ¿La próxima causa?, ¿Hidroaysen?, ¿La alimentación de las vacas?
Eso no es construcción de sociedad civil y ciudadanía, eso no es más que extravagancia.
Eso es darle en bandeja la hegemonía política al gobierno. En ese contexto de particularismo desesperante difícilmente se articulará un discurso con densidad política. Tal vez ni siquiera haga falta.

2 comentarios:

Merlinux dijo...

http://www.valdivianoticias.cl/info.asp?Ob=1&Id=32314

I.J.A.A. dijo...

Desde la Thatcher sabemos que: "El neoliberalismo, en su versión más pura, siempre ha amenazado con provocar el nascimiento de su propia némesis en una variedad de populismos y nacionalismos autoritarios." (David Harvey"