Pensemos Chile

domingo, 12 de septiembre de 2010

Allende

Un nuevo 11 de Septiembre.
La figura de Allende retorna de modo inevitable. ¿Qué representó Allende?
La pregunta es pertinente para la izquierda que desde entonces hasta ahora, en medio de trágicas circunstancias, no sabe aún que pensar ni como ubicarse en términos proyectivos.
Allende encarnó un proyecto de transformación de una sociedad altamente desigual, a partir de un principio de cambio estructural. Los medios no eran otros que los de la institucionalidad republicana, una institucionalidad que ha sido elevada a la categoría de mito con el paso de los años. El contexto era el de la Guerra Fría. El modo de desarrollo del proyecto fue objeto de un constante disenso a partir de las diversas visiones presentes al interior de la izquierda en donde primaban el voluntarismo y la falta de racionalidad. El desenlace lo conocemos.
¿Fue Allende un ingenuo o un personaje osado?
En una reciente entrevista a la revista Que Pasa, Gabriel Salazar aborda este punto, señalando, “Allende, en el fondo, quería morir más que organizar la defensa. Más que atacar al enemigo que lo atacaba, el optó por pensar: “me van a derrotar… ¡pum!, me suicido”.
Lo interesante de esta lamentable y mezquina frase es el contexto en el que es pronunciada. Resulta que oficiando de amanuense de Carlos Altamirano, el Premio Nacional de Historia ha descubierto algunas cosas. Que Carlos Altamirano es un intelectual y además, ha recibido de primera mano el juicio de que la UP fue un proyecto ingenuo que estaba condenado al fracaso. Carlos Altamirano no sólo es intelectual, también ha oficiado de profeta.
Junto a ello, Altamirano ha confidenciado a su entrevistador que si bien él fue el ideólogo de la “renovación socialista”, se bajó antes del carro porque, a pesar de sus dotes de profeta y agudo intelecto, nunca pensó que la cosa llegaría tan lejos, es decir, al neoliberalismo puro.
Notable. Altamirano no sólo extremó la irracionalidad política en la UP, no obstante, NO optó por lo mismo que Allende, y luego, empujó una renovación ideológica de la que tampoco es parte. Es cierto que los intelectuales son muy curiosos y complejos.
De la interpretación sobre la UP que realiza Altamirano y que Gabriel Salazar redacta y comparte, se puede concluir una cosa, entre otras.
Se puede concluir que el Presidente Allende era un hombre con tendencias suicidas no tratadas. Por tanto y dado que su ego le impedía arrojarse de un edificio o a la línea del tren, optó por ser elegido Presidente para suicidarse con toda dignidad.
Completamente absurdo, mezquino y varias cosas más.

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