Pensemos Chile

sábado, 16 de octubre de 2010

A La Chilena

El Ministro Golborne lamenta el “asedio mediático a los mineros”.
Esto es sin duda uno de los mejores chistes del último tiempo. El gobierno empleó energía, recursos y retórica en convertir el rescate de los mineros, no su tragedia, en una causa nacional con exposición televisiva las 24 horas del día.
¿De que se queja el ministro devenido héroe?
De hecho, se ha sostenido que el Ministro de Minería podría ser el próximo candidato presidencial de la Derecha. El asunto tiene lógica. Si la señora Bachelet se volvió famosa arriba de un tanque o algo parecido, el Sr. Golborne se hizo conocido hablando con los reporteros que mataban el tiempo alrededor de la mina San José.
Nadie podría discutir que el gobierno hizo lo correcto al promover el operativo de rescate. Lo cuestionable es que lo haya transformado en un circo. Un circo donde el personaje principal ha sido el Presidente.
Es evidente que si el gobierno tuviera la misma energía para promover reformas al mundo del trabajo o se hiciera parte de las demandas contra esos sujetos que construyeron edificios que se vinieron abajo con el terremoto, la cosa sería un poco mejor. Pero no es posible. Los gobiernos en general y este en particular, prefieren operar sobre tragedias ya que aquello es más eficaz mediaticamente y evita tocar los intereses de “algunos amigos”.
Tanto en el rescate minero como en los daños del terremoto, el gobierno ha preferido el espectáculo, antes que perseguir las causas que provocan, por ejemplo, que los edificios se derrumben o se sufran accidentes en el trabajo.
Fue notable el argumento del abogado Julián López, abogado defensor del dueño de la empresa que construyó el edificio “Don Tristan”, un sujeto de apellido Mújica. El hombre de leyes, comentando la resolución de los tribunales, dicho sea de paso, resolución ridícula que obliga a ese sujeto a permanecer en Chile, dijo que la responsabilidad no era del Sr. Mújica sino del ingeniero calculista. Es cierto que cualquiera se puede quedar sin argumentos, pero a veces es mejor quedarse callado antes que decir imbecilidades como esas. Al fin y al cabo, su cliente no verá castigo alguno. ¿Y el gobierno? Rescatando a los mineros.
El rescate pone en evidencia, una vez más, lo pobre del trabajo de la prensa. Uno de los aspectos más recurridos es la historia de un minero que tenía dos mujeres y aquello se tornó un conflicto al volver de la mina. La prensa y la televisión lo han repetido hasta el cansancio. ¿Puede eso importarle a alguien? Desgraciadamente sí.
Golborne se queja del asedio mediático. Pero el daño está hecho. Los mineros han pagado un alto precio por su rescate, en mucho tiempo no tendrán vida propia. El Presidente los ha invitado a jugar un partido de fútbol a…la Moneda. Así es, el palacio presidencial ha devenido en cancha de fútbol. La vulgaridad no tiene límite.
El rescate minero y la precariedad post-terremoto han vuelto a poner en primer plano, con la complicidad de la prensa, lo peor de eso que se da en llamar, “lo chileno”.
Eso es lo que el Presidente ha dado en llamar “a la chilena”. Ya no se trata de “empanadas y vino tinto”, ahora se trata de cámaras de televisión, copucheo y fútbol. Lo chileno ha entrado por fin en la globalización.

2 comentarios:

Merlinux dijo...

desconcierta comprobar el inmenso poder que tienen ahora, es sobrecogedor.

I.J.A.A. dijo...

Dos citas a monstruos, fastidiosos y tontos, pero sublimes.


1.-"Nunca se encuentran en la naturaleza humana cualidades loables sin que al mismo tiempo las degeneraciones de las mismas no terminen por infinitas gradaciones en la imperfección más extrema. La cualidad de lo sublime terrible, cuando se hace completamente monstruoso, cae en lo extravagante.

... La inclinación a lo monstruoso origina el chiflado (grillenfänger). Por otra parte, el sentimiento de lo bello degenera cuando en él falta por completo lo noble, y entonces se le denomina frívolo.

... Aquél cuya conversación ni divierte ni conmueve, es un fastidioso, y si además se esfuerza en conseguir ambas cosas, resulta un insípido. Cuando el insípido es, además, un envanecido, viene a parar en tonto" (Kant)

2.- "De manera que se puede afirmar categóricamente la existencia de la ideología en tanto matriz generativa que regula la relación entre lo visible y lo no visible..." (Zizek)