Primer Intento de Respuesta
Felipe Valenzuela Silva
¿Se articulará, por fin, una oposición coherente y fuertemente política a un gobierno mediático y un tanto payasesco?
Es atractivo intentar una respuesta a esta pregunta, que posiblemente se formulen muchos chilenos que son testigos del espectáculo de la “política” en nuestro país, y lo trataré de hacer en el orden en que esta formulada.
Si consideramos que articular significa la unión o enlazamiento de dos o más piezas o elementos para que se produzca un movimiento, resulta poco probable que aquellos que se autocalifican como opositores a este gobierno, es decir los que se denominaban concertación, lo logren hacer, justamente porque el carácter funcional solo les permitirá estar en movimiento cuando se muevan en función de cuestiones electorales, al no tener a nada que oponerse como veremos más adelante.
La coherencia en esta pregunta, está ligada con la política y por lo tanto, contiene la respuesta en sí misma, al considerar que la política es una actividad que une voluntades para el cuestionamiento y la disputa por el poder, cuestión que ha estado ausente en Chile desde hace muchas décadas, especialmente en los últimos veinte años donde se perfeccionó la institucionalidad que favorece al capital por sobre las personas, acomodando la legislación para cuyos arreglos permite al actual gobierno, por ejemplo, vender la parte estatal de las empresas sanitarias en forma más simple que la que se requiere para dar de baja un escritorio de un ministerio. Esto último solo como una pequeña muestra de la nula actividad y coherencia con la política, sino de colaboración con la conservación del poder sin contrapeso por parte del capital de los hoy llamados a hacer oposición.
Oposición, es decir oponerse a algo, carece de sentido, sobre todo si consideramos que el actual gobierno continúa aplicando el sistema de políticas públicas para el sector social, incluso en forma más eficiente y con mayor preocupación por la probidad por el momento, lo que reafirma la forma en que en los últimos veinte años, logró instalar una ideología, que fundamentalmente desconoce el concepto de totalidad, recurriendo a las soluciones cada vez más locales.
Respecto de lo mediático y payasesco, en realidad desde hace mucho que los chilenos hemos sido testigos de cómo lo frívolo triunfa por sobre todo lo inteligente, y esa ha sido la función principal de los medios de comunicación, léase televisión que es a lo que recurren durante prácticamente todo el día los sectores más pobres como un entretenimiento que los aleja de sus realidades dramáticas.
Cabe por tanto intentar una pequeña aproximación, a lo menos, a la siguiente pregunta:
¿Será capaz la izquierda de pensar respecto de sí misma para así dejar de dar el lamentable espectáculo que ofrece desde hace décadas?
Para esto debemos considerar que la izquierda chilena, sufrió dos derrotas importantes y profundas, la primera de carácter de exterminación física en 1973 y una segunda en 1989, cuando se le desplaza traicionándola, luego del desgaste que había realizado en la lucha contra la dictadura, lo que se hace fundamentalmente con personas salidas de sus propias filas que viran a la derecha, para construir en Chile el primer Estado neoliberal administrado por la socialdemocracia en el planeta. Estos personajes han sido plenamente recompensados, como directores de bancos, grandes empresas, museos y cargos internacionales y en estos días se divierten en las mismas playas y centros vacacionales con aquellos sectores a los que han servido fielmente en los últimos veinte años, de manera tal que para esta pregunta que es más difícil de responder que la primera se pueden enumerar como inicio de posibles respuestas algunos puntos.
1. Alejarse de los personajes mencionados más arriba, de forma que la gente no se confunda, cuando ve que personas de izquierda se relacionan con estos personajes que lucran con la “política” y en muchos casos se dedican a publicitar las políticas de los Estados Unidos en nuestro continente.
2. Preocuparse más que de la organización, de desparramar masivamente las denuncias de cómo opera el sistema, que por medio de la usura incrementa la dominación de cada vez más sectores de la población.
3. Denunciar y establecer como un simple programa, cuestiones muy concretas como : La necesidad de cambiar la constitución, resaltando la esterilidad del parlamento actual, que no tiene iniciativa de ley, cuando se trate de gasto fiscal, y que no tiene acceso a las más de cien leyes secretas que rigen los negociados en nuestro país. Oponerse al financiamiento estatal de la salud y la educación pública.
4. Por último sumar las voluntades para no seguir pensando ni hablando de las derrotas y sumar a todas las fuerzas, especialmente a la juventud en torno a proyectos como los mencionados en el punto anterior, tratando de cubrir todas las esferas de nuestra soc
Segundo Intento de respuesta
Fragen eines lesenden Arbeiters (Bertold Brecht)
La sugerencia de este texto y la búsqueda y revisión de la traducción corresponden a Omar Saavedra
"¿Quién construyó Tebas, la de las Siete Puertas?
En los libros figuran sólo los nombres de reyes.
¿Acaso arrastraron ellos bloques de piedra?
Y Babilonia, mil veces destruida,
¿quién la volvió a levantar otras tantas?
¿Quienes edificaron la dorada Lima? ¿en qué casas vivían?
¿Adónde fueron la noche en que se terminó la Gran Muralla
sus albañiles?
Llena está de arcos triunfales Roma la grande.
Sus césares ¿sobre quienes triunfaron?
Bizancio tantas veces cantada, para sus habitantes
¿sólo tenía palacios?
Hasta la legendaria Atlántida, la noche en que el mar se la tragó,
los que se ahogaban pedían, bramando, ayuda a sus esclavos.
El joven Alejandro conquistó la India. ¿El sólo?
César venció a los galos. ¿No llevaba siquiera a un cocinero?
Felipe II lloró al saber su flota hundida. ¿Nadie lloró más que él?
Federico de Prusia ganó la guerra de los Treinta Años.
¿Quién ganó también?
Un triunfo en cada página. ¿Quién preparaba los festines?
Un gran hombre cada diez años. ¿Quién pagaba los gastos?
Tantas historias, tantas preguntas."
domingo, 6 de marzo de 2011
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