La elite se lava la cara

La prensa del lunes de la semana que termina, señaló que los panelistas del programa “Tolerancia Cero”, quedaron estupefactos. ¿La razón? Las declaraciones del Dr. James Hamilton referidas a los abusos sufridos por él y un conjunto de víctimas no precisadas y de los que se acusa, con pruebas fehacientes, al cura católico Fernando Karadima.
A tanto llegó el estupor, que uno de los panelistas le preguntó a Hamilton si tenía conciencia de estar hablando en televisión. Aparte de que aquella pregunta es equivalente a preguntarle si estaba bien de la cabeza, se podría formular una pregunta semejante a los creadores de programas tipo reality o a los editores y lectores de noticias donde se dicen cosas bastante menos importantes y mucho más estúpidas. La reacción estupefacta es la reacción de una elite que se siente humillada. El llamado “caso Karadima” afecta a la elite, a la que dicta la pauta política y económica y a la elite eclesiástica que dicta la pauta moral. Esa misma elite, a lo menos algunos que viven en la Parroquia del Bosque, todos muy piadosos por cierto, dijeron que el Dr. Hamilton era un actor digno de un Oscar cuando reveló su testimonio en la televisión el año pasado.
El dardo más brutal de Hamilton se dirigió contra el recientemente jubilado Cardenal Errázuriz, por entonces responsable de las cosas que ocurrían en su iglesia. El asunto es que Errázuriz es un miembro relevante de la elite criolla y también de la vaticana. Luego de Hamilton, un cura, antiguo capellán de La Moneda, criticó con violencia a Errázuriz, dando a entender que el Cardenal le dijo, muy enojado, que el caso en cuestión eran “puras mentiras”. Llevado por el entusiasmo o la ira, el antiguo capellán de la Moneda dijo que en el Vaticano había una mafia.
Todo eso bastó para que diera inicio a una suerte de operación de salvataje del Cardenal y de paso la elite aprovecha de lavarse la cara.
Primero fue el sucesor de Errázuriz, el Arzobispo Ezatti, hombre con fama de buen político y afecto a la popularidad, quien dijo que las declaraciones de Hamilton eran inaceptables. La verdad es que Ezatti perdió una buena ocasión para quedarse callado ya que lo inaceptable, por cierto es otra cosa, en fin, lo que ya sabemos y que el propio Vaticano sancionó. Y si lo hizo, debe ser un asunto muy grave.
La operación de Salvataje continúo hoy domingo, ya que el diario La Tercera, tan plural y celebrado por los progresistas, publicó el dossier vaticano sobre la investigación asignándole un papel protagónico a Errázuriz en todo el caso y en su resolución. Aunque sea cierto, no deja de ser sospechoso sobre todo porque se desliza que un testimonio que recibió Errázuriz, entregado por una mujer, dio a entender que el problema de Hamilton y su enojo con Karadima correspondería a un “quiebre entre ambos”. Con lo cual parte del testimonio que dejó estupefactos a Villegas y compañía se relativiza y queda marcado por la sospecha de otro tipo de relación donde no hay abuso. Como si para La Tercera las cosas fueran tan simples y se pudieran separar sin más. Lo peor es que es posible que otras aristas de la investigación no hayan sido publicadas ya que el diario no las considera relevantes, como por ejemplo, las declaraciones que entregó a Ciper el cura Eliseo Escudero quien investigó el caso en su primera etapa y dirigió duros cuestionamientos al actuar de...Errázuriz.
Pero todo eso da lo mismo,lo importante es salvar a Errázuriz ya que, a todas luces, Karadima ya está perdido.