Pensemos Chile

sábado, 28 de mayo de 2011

Escamoteando el Presente

Debo advertir que la idea que voy a desarrollar esta semana, surgió de una conversación con el autor del blog pensemos Chile. A cada quien lo suyo.
Sucede que varios de los lectores de estas columnas me han emplazado a pronunciarme sobre Hidroaysén. Me he resistido, no obstante, quisiera abordar el tema tangencialmente.
Hace unos días, un buen amigo me señaló que el hecho de que el New York Times haya editorializado contra Hidroaysén, lo hacía a él, estar a favor del proyecto, ya que la crítica del influyente periódico, no podía sino despertar sospechas. A partir de allí la pregunta que sigue es quien está detrás, no de Hidroaysén, sino de los opositores. Y las suposiciones son diversas.
Me parece entonces que hay que dejar abierta esa pregunta, si alguien nos puede aportar un dato lo agradeceremos, por de pronto, me concentraré en la multitud que sale a marchar los viernes contra el proyecto.
¿Malestar?, ¿descontento? ¿Amor a la ecología?
Las protestas eran los viernes en la noche, ahora se cambió para el sábado. El gobierno la institucionalizó, con lo cual les metió un gol de media cancha no sabemos a quiénes. Esta autorización es semejante a la que puede pedir el Arzobispado para la procesión de la Virgen del Carmen.
Me da la impresión que la protesta es una vía de escape que separa lo inmediato de lo mediato. Es decir, tiene más sentido protestar contra un intangible que tiene muchos años por delante, que contra el presente. Un presente incómodo, pero al que nos habituamos con pasmosa tranquilidad. Y los ejemplos nos sobran.
Las Isapres meten la mano al bolsillo de un modo escandaloso, discriminan a las mujeres, nadie dice nada, ni Bachelet. (Cabe agregar lo vergonozoso que ha sido el modo como esta semana sus ex-ministros han dado a entender que la Presidenta, al parecer, era una furibunda opositora a Hidroaysén y que poco le falta para salir a marchar)
Las AFP, institucionalizadas durante la dictadura y refrendadas cosméticamente en democracia. Jubilaciones miserables, a nadie le importa.
Los bancos, cuyas utilidades superan cualquier imaginación y que cobran comisiones hasta por llamarlos por teléfono. Es así. ¿A quién le importa?
Las tarjetas de crédito de tiendas y casas comerciales que llevan a la ruina a familias completas, institucionalizando la usura. Las ventas de seguros, el precio de los combustibles, y de la energía. Para los que vivimos en Santiago, el Transantiago.
El sistema educativo en todos sus niveles. La atención básica de salud. Somos, según la OCDE, uno de los países con peor distribución de la riqueza en todo el mundo.
Y entonces, estas personas salen a marchar algo así como “espiritualmente”. Una protesta contra el futuro que no será mejor que este presente, en dónde el 80% del país es estafado por la mayoría de las empresas que le ofrecen servicios.
Me parece que hay una asimetría entre la construcción de una épica, la Patagonia, que probablemente muy pocos conocerán, versus aceptar reglas del juego ominosas, pero, “así es no más”. La pelota se sigue chuteando, pese a que más acá de la Patagonia hay problemas bastante más severos, pero sin relato, sin épica. El día de mañana la causa de la protesta puede ser cualquier otra cosa, pero lejana y de largo plazo, como las cuotas de los créditos.

3 comentarios:

Merlinux dijo...

Totalmente cierto, al parecer hoy en día hay causas que son más atractivas que otras. Se lucha por salvar una ballena o a un pingüino porque parece algo altruista. Y es que la gente parece estar tan descontenta de sí misma, tan desencantada de la propia humanidad que prefiere aceptar como una penitencia que se la oprima y explote. Es como un estado depresivo y autodestructivo generalizado. Pero la naturaleza, no me la toquen, es algo que merece ser salvado. Esa es la situación y a mi me parece que al menos es algo. Cuando ya creía que este país se había transformado en una tierra de zombies, sucede esto. Al menos están protestando, al menos existe la remota posibilidad de que la gente descubra que protestando se puede conseguir algo... tal vez algún día -no muy lejano esperemos- la penitencia termine y la humanidad aprenda a perdonarse a sí misma y la causa por la que se lucha sea también el ser humano.

Anónimo dijo...

si de acuerdo....pero no en todo...creo talvez ingenuamente que al menos la marcha es un comienzo de algo...mirándolo como un fenómeno a nivel mundial...lo que arranca al menos la esperanza de pensar que existe algún tipo de conciencia dentro de esta ya tan idiotizada cultura ...donde lo humano no es sino un producto de consumo narcisista...aún así creo que mientras no exista un real análisis de las situaciones a todo nivel...político, económico, social, psicológico, humano, emocional, etc. debe existir un muy largo camino donde importe primero el proceso y no el producto humano social...de otra forma solo seremos una manga de corderos chillando antes de llegar al matadero.

Reminiscencia dijo...

http://www.youtube.com/watch?v=1rKY5oaHuBw&feature=related