Pensemos Chile

domingo, 12 de junio de 2011

Los Fantasmas de Piñera

Como si estuviéramos en una especie de regresión histórica, se pretende comparar el malestar imperante en la sociedad chilena de hoy en día, con el los primeros años de la década de los 70 del siglo pasado.
Haciendo gala de su tradicional oportunismo y obviando el sentido del ridículo, el Presidente de la Nación realizó el día miércoles 8 de Junio, una curiosa puesta en escena.
Al recordar los 40 años del asesinato del Ministro del Interior del Gobierno de Frei Montalva, Edmundo Pérez Zujovic, Piñera, pretendió asimilar las condiciones imperantes en esa época, entre cuyas víctimas se cuenta Pérez Zujovic, al estado de cosas actual.
Es decir, las protestas, el malestar ciudadano, las movilizaciones estudiantiles, nos habrían retrotraído al período de la Unidad Popular. El Presidente no sólo no tiene sentido del ridículo, tampoco lo tiene de la historia.
¿Cómo se explica la infeliz analogía presidencial?
Piñera sería Allende. Nada más lejos de la historia. El primero, un especulador financiero que llegó a la Presidencia de un país al que comprende como parte de sus negocios. El segundo, un político republicano, lucido y con una profunda convicción (relato le llamarán ahora) de un proyecto de país. El fracaso de la experiencia es materia de otro análisis, pero claramente no es Allende el principal responsable.
Sigamos con la analogía.

La UDI Y RN serían los partidos de la UP. Algo de integrismo y voluntarismo se aprecia muy fuertemente en la UDI, esto puede compararse con el voluntarismo de sectores del Partido Socialista y de otros sectores de izquierda que pretendían desbordar el asunto ya que el Presidente Allende era un ingenuo, según ellos. (¿Estará en la UDI el “Altamirano” de Piñera?)

Los partidos de la Concertación serían ahora el Partido Nacional y la DC. (¡Siempre la DC!)
Pero la Concertación de ahora no tiene ni la astucia ni los medios para producir un sabotaje y actos sediciosos a gran escala como los que esos partidos “democráticos” perpetraron entre 1970 y 1973. Al contrario, no lo harían, pero tampoco la concertación tiene credibilidad para hacer converger a grandes grupos de personas. De hecho, Andrade, Walker, Carolina Tohá y Gómez, no llenarían, con una convocatoria a una concentraciónn política, ni un ascensor. Tampoco tienen el apoyo de la CIA, hasta donde sabemos……
Por tanto la analogía presidencial es del todo absurda y oportunista. Debería saber el señor Presidente (que pretende tener conocimiento y opinión sobre todos los temas) que como alguien dijo alguna vez, cuando la historia se repite dos veces la primera es como tragedia y la segunda, como farsa.
De allí que los abstractos y casi metafísicos llamados a la “unidad” que proclama el Presidente no tengan ningún sentido. La política es precisamente un campo de conflicto y cuando las diferencias en la sociedad se aceleran al modo como ha ocurrido con este modelo económico y político, no pretenderá el Presidente, a pesar de la inestimable ayuda que le prestan los medios, que la gente no reaccione, aunque sea un poco.
La pregunta de fondo en todo esto es quien capitaliza ese malestar y de qué modo. Podría darse la lógica de “la mesa servida” para que algún oportunista o redimido, de eso no falta, se erija como el referente. Por ahora el fenómeno, para muchos tiene algo de “goce estético” que miran con distancia y entusiasmo de salón.

4 comentarios:

Merlinux dijo...

"Andrade, Walker, Carolina Tohá y Gómez, no llenarían, con una convocatoria a una concentración política, ni un ascensor."

Bueeena esa jajaja

Anónimo dijo...

D’ejeme reir por favor…….jajajajajajajajajaja!!!!!!! es que simplemente el payaso mientras m’as patalea por dejar de serlo y mostrar seriedad….m’as nos hace reir. En cuanto a lo que usted dice, solo puedo agregar que es el desierto manifest’andose…….y no podr’an hacer nada por acallarlo…..appelle
“Decimos que esta época es un desierto y que este desierto se profundiza sin cesar. El desierto es el progresivo despoblamiento del mundo. La costumbre que hemos adquirido de vivir como si no estuviésemos en el mundo.
El desierto se encuentra tanto en la proletarización continua, masiva y programada de las poblaciones, como en los barrios residenciales californianos, ahí donde la angustia consiste justamente en el hecho de que nadie parece sentirla. Nada de lo que se expresa en el marco de la política clásica podrá jamás detener el avance del desierto, ya que la política clásica forma parte del él. Abstrayendo y separando a los humanos de la red de cosas, de costumbres, de palabras, de fetiches, de afectos, de lugares y de solidaridades que conforman su mundo sensible y les otorgan su consistencia propia, la política clásica propaga el desierto. Frente a la evidencia de la catástrofe, están los que se indignan y los que toman nota, los que denuncian y los que se organizan. Estamos del lado de los que se organizan. Organizarse quiere decir: partir de la situación y no recusarla. Tomar partido en su seno. Y tejer las solidaridades necesarias, materiales, afectivas, políticas.
Organizarse quiere decir: dar consistencia a la situación. Tornarla real, tangible. La constitución en fuerza de una sensibilidad. El despliegue de un archipiélago de mundos compartidos y habitables. La asunción colectiva de lo que nos ata a la vida. Para nosotros, no hay amistad que no sea política.” cita.

Reminiscencia dijo...

profe le dejé un detalle en mi blog ^^

Sofía dijo...

La comparación del gobierno de Piñera con el de Allende tiene sustento. Allende llega al gobierno con un programa socialista que implementa pese a que el clima político no lo acompaña. Piñera hace lo mismo, trae un programa que no se condice con la contingencia social y aún así lo sigue implementando.
Pero la falta de inteligencia, o en realidad, la nula astucia política de Piñera se refleja en que no pasará a la historia como el presidente que armó la reforma educacional, ello porque no sabe y no le interesa hacerse cargo de las demandas estudiantiles. Alguno de sus asesores podría recordarle que Alessandri Palma (chusmeando a todo el pueblo y con su espíritu conservador intacto) cedió al momento político y así se convirtió en el presidente de la Constitución del '25.