Al fin se ha cumplido aquello de que los chilenos somos “los ingleses de América”.
¿Cómo ha ocurrido esto?
Ernesto Ottone, antiguo consejero del Príncipe, ha dicho hace unos días en un programa radial, que “Pablo Longueira va a dejar a Piñera como la Reina de Inglaterra”. Como se sabe, en la Gran Bretaña, la Reina, reina, pero no gobierna. Debo decir, de paso, que es la primera vez que escucho algo divertido por parte de Ernesto Ottone.
El asunto no es menor, toda vez que “la Reina” sigue cayendo en picada en la aprobación popular.
El chiste de Ottone es un flechazo al corazón de la Coalición derechista que parece no encontrar un modo de alineamiento ideológico y sigue actuando de manera reactiva.
Si en la época de la Concertación se decía que allí había “dos almas” (autoflagelantes y autocomplacientes), la Coalición por el Cambio es el purgatorio entero ya que la cantidad de almas que allí penan no se dejan nunca de contar.
Quienes hayan escuchado el Domingo pasado a Longueira en “Tolerancia Cero”, han de haber quedado bastante confundidos respecto de lo que uno entendía por derecha en nuestra historia. Con aplomo y golpeando la mesa, el nuevo Ministro criticó a los empresarios de las casas comerciales, las desigualdades sociales, la concentración en el sistema energético, la crisis del sistema educativo, en fin, no dejó títere como cabeza. Cual Primer Ministro de la Reina de Inglaterra, Longueira bajó la línea política para el período, con un tono salpicado de mesianismo y populismo. La honestidad es una virtud escasa y uno podría creer que algunas de las cosas que el Ministro repudió, de verdad le duelen.
Entonces asoman las preguntas.
¿Qué tiene que ver Longueira con la vieja derecha oligárquica que representa una momia como Carlos Larraín que anda aterrado pregonando la tesis del “porrazo institucional”?
¿Cuál es el punto de relación entre la derecha-purgatorio de almas extraviadas con, por ejemplo, lo que hasta hace poco se conocía como “el pragmatismo” de Piñera?
¿Cuál es el punto de relación entre un ministro como Jaime Mañalich, que como responsable de la salud pública sostiene que la “píldora del día después” no es abortiva con las monsergas pechoñas y estatistas de un sujeto como Manuel José Ossandón que representa algo así como la parte “huasa” y “protectora” de la vieja derecha (que no cree mucho en el “ganado humano”, como decía Alberto Edwards) y que arrasa electoralmente en comunas populares como Puente Alto?
Y así uno podría preguntar de modo interminable sin acabar nunca de tropezar con otra contradicción.
Por si no fuera suficiente, en esta nueva “familia real” que se nos ha instalado y al igual que en Inglaterra, siempre hay alguien que desentona. Se ha sabido por la prensa que Miguel Piñera, hermano de “la Reina” y que por lo demás no requiere de mayores presentaciones, ha dicho que apoya en un 100% las demandas de los estudiantes. Aún más, se ha ofrecido para actuar gratis en una “peña” de la Confech. Miguel Piñera es a la nueva realeza chilena lo que Sarah Ferguson a la británica.
Todo hasta allí, un chiste.
El problema es que a finales de la semana, el gobierno cedió, como se podía prever, a la tentación autoritaria y reprimió, al igual que en la Dictadura, a grupos de personas a las que primero se les prohibió marchar.
El resultado fue un caceroleo remontable a la época de Pinochet, mientras la policía reprimía a mansalva. A la derecha le apareció en su purgatorio el alma que le faltaba, la del lumazo y la detención selectiva
Lo anterior no hace sino reflejar la instalación de un malestar y un descontento que parece imparable y que desde el exterior se observa como “normalidad”.
¿Qué hacer? Esa es la pregunta que ronda en la corte y sus ministros y la verdad es que están bastante extraviados.
Una demostración de esto, es que el gobierno se aferra a su único logro y ha celebrado con bombos y platillos el viernes recién pasado, el primer aniversario del atrapamiento de los mineros de la San José. ¿Qué sería de este gobierno sin ese hecho? Pero como la felicidad es esquiva, la mayoría de los rescatados se han querellado contra el Estado cuyo Gobierno los saco a la superficie. Así y todo se jacta el gobierno de aquello como su mayor logro, con el aderezo del “papelito famoso” que recorrió medio mundo en el bolsillo presidencial.
Ante tal acontecimiento, el Presidente-Reina tenía previsto trasladarse al lugar, allí mismo fue increpado por estudiantes, a presidir la celebración. La analogía es perfecta, este gobierno sólo puede celebrar dentro de un hoyo. Allí quisieran estar varios de los miembros de la corte.
domingo, 7 de agosto de 2011
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1 comentario:
"la Coalición por el Cambio es el purgatorio entero ya que la cantidad de almas que allí penan no se dejan nunca de contar." ....MUY BUENO.....
Longueira bajó la línea política para el período, con un tono salpicado de mesianismo y populismo. La honestidad es una virtud escasa y uno podría creer que algunas de las cosas que el Ministro repudió, de verdad le duelen.,,,JAJAJAJAJAJA
NO PARO DE REIR....la momia de Larraín....siempre lo he dicho....en todo sentido...seco como una pasa y los dientes afilados....MOMIA....JAJAJAJAJA
SOLO ME PUEDO REIR....más que opinión...concuerdo.....
slds.
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