Pensemos Chile

domingo, 11 de diciembre de 2011

Ratones de Cola Pelá

La natural apatía y falta de interés de los asuntos nacionales, tornan a este país un lugar chato y reduccionista, que funciona, cuando funciona, con eso que el conde de Keyserling llamaba, “la moral de las ganas”.
En ese contexto llama la atención el ver a tanto hincha no confeso del club de futbol Universidad de Chile, que celebran como si el mundo se fuera a terminar antes de lo que predijeron los mayas.
Como se sabe, el club de futbol Universidad de Chile, uno de cuyos dueños es el Rector de la Universidad del Desarrollo, para que no nos perdamos en hacer identificaciones mecánicas y simplistas, ha realizado una extraordinaria campaña en un certamen menor llamado Copa Sudamericana.
En efecto, la copa de marras surgió de la necesidad de hacer caja a través de la venta de los derechos televisivos por parte de la Conmebol, conocida también como “la familia de Asunción”. Aquello , por cierto, no es culpa del club de futbol Universidad de Chile que ha realizado una portentosa campaña mostrando un nivel de juego pocas veces visto en estos lares, de la mano de un técnico brillante como Jorge Sampaoli.
No abundan técnicos así en el medio local, aquí sobran técnicos ratones, marrulleros sino medio mafiosos, a quienes muchos que dicen saber de futbol les rinden pleitesía.
Los méritos futbolísticos de la U son innegables y merece ganar el certamen, no cabe duda. Lo que espanta es que aquello sea visto como una “causa nacional”, como “unidad nacional” tal y como cuando se trasmite la teletón o sucede un maremoto. Ocurre también que se alaba a ese club, por sus “valores republicanos”, según dicen algunos. Bueno, no fue tan “republicana” la actitud de uno de sus dueños en el llamado “caso chispas”, gente medianamente informada sabe de qué estamos hablando.
Quienes siempre han sido hinchas del equipo en cuestión tienen derecho a sentirse orgullosos. Los hinchas de último minuto, o como dijo un célebre precursor de las peores prácticas del futbol chileno, Lucho Santibáñez, los “ratones de cola pelá” que se suban al “carro de la victoria”. De paso contribuyen un poco más a la estupidización colectiva y sentimientos tribales que tanto convienen al gobierno en este momento.

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