Pensemos Chile

domingo, 25 de marzo de 2012

Libertad de elegir

Una vez más ha dado que hablar el tema de que se legisle sobre el aborto.
Como todos pueden suponer se trata de un tema complejo en el que abundan opiniones de todo tipo, sin distinción de género, como si todo el mundo pariera por igual.
Desde que se señaló hace mucho tiempo que todas las opiniones son respetables estamos expuestos a oír toda clase de barbaridades sin consuelo alguno.
El tema es complejo toda vez que se mezclan en él argumentos científicos, creencias religiosas y otro tipo de abstracciones difíciles de digerir. Está en juego la libertad personal, la libertad de elegir, por sobre un principio abstracto que se pretende imponer a toda costa. El problema de esto es que a fin de cuentas no abundan argumentos de orden racional.
Bien lo advirtió hace siglos el filósofo David Hume cuando señaló que las discusiones sobre cuestiones morales con personas que se empeñan en mantener sus convicciones a toda costa son las más inútiles de todas.
El asunto es tan candente que el propio Presidente de la Nación publicó sus opiniones sobre el tema en la prensa el domingo pasado. Su posición es tajante y contraria a que se legisle sobre esta posibilidad. Parece un acto indebido toda vez que el Presidente no legisla y debiera guardar sus convicciones privadas en esa esfera.
No mejor le fue a la señora Von Baer que se despachó una frase para el bronce cuando dijo que la mujer no puede elegir el aborto ya que solo “presta el cuerpo”. La frase fue motivo de sarcasmo general y no era para menos. Tanto así que un individuo como el Cardenal Errázuriz, personaje de reputación bastante dañada luego del caso Karadima, tuvo que salir a defender a la Ena. Dijo el Cardenal que, probablemente ella no encontró las palabras apropiadas para sostener su postura, pero que estaba en lo correcto. Esto equivale a decir algo así como que, la pobre es tonta, pero buena persona.
El broche de oro lo puso el periodista Fernando Paulsen que en un programa de Televisión, dijo que contrario a lo que se podría pensar de él, no es partidario del aborto. ¿Por qué tendría que ser de importancia su opinión?, ¿acaso piensa que representa algo?, por lo que se sabe se piensan de él cosas bastante diversas.
Pero ese es el problema cuando todo el mundo se mete a opinar.
Hay aquí un asunto de responsabilidad y libertad.
¿Por qué no permitir que los seres humanos dentro de un marco de respeto a posiciones divergentes tomen sus propias decisiones sin que eso genere reproches o juicios tajantes? ¿Por qué la sola existencia de una ley podría obligar a alguien a hacer lo que no quiere hacer?
. Una sociedad es un conjunto de miradas y difícilmente creencias de orden religioso pueden imponerse a la totalidad de la misma.
Como el asunto llegará al Parlamento no se aspecta bien. Hay allí una fauna de la que puede salir cualquier cosa.

1 comentario:

Sigfried dijo...

"Es tonta, pero buena persona"... jajajajaja, creo que es exactamente lo que quiso comunicar (con gran diplomacia) el noble prelado.
Cuando salen estos temas toca escuchar tanto rebuzno... si no, es cosa de acordarse de la discusión que se dio a propósito de la atrasadísima ley de divorcio. Y sobre el aborto... tengo pegada la imagen de Carlos Larraín (Munra)acusando y condenando a las mujeres que piden el aborto terapéutico por tener la desgracia esperar hijos no compatibles con la vida. "¿Y éste, qué sabe? ¿con qué derecho habla? ¿Tendrá alguna idea de lo que sufren esas personas?" saltó mi mamá, furiosa, al escuchar sus declaraciones en la tele. Agregó que para tipos como él, las mujeres no valen nada. Pretenden imponernos a todos su pseudo moral y pseudo principios que al final son una rígida cáscara vacía. Que las mujeres sufran, que pongan en riesgo su vida, que se mueran si se tienen que morir, porque ellos son "pro vida". Este país está lleno de fundamentalistas, hipócritas y pobres tontos... lo malo es que varios de ellos nos gobiernan. Mala cosa.