Pensemos Chile

domingo, 11 de agosto de 2013

LAN y SKY. ¿Cuales son las normas de seguridad de los vuelos?


Vuelo 246 de LAN. Estaba yo en el aeropuerto de Valdivia dispuesto a regresar a Santiago. Aquello ocurría el domingo 4 de agosto. El despegue estaba anunciado para las 16:30, El vuelo 246 había salido de Santiago cerca del mediodía, primero se dirigió a Osorno en donde desembarcó pasajeros y, a la vez, embarcó viajeros rumbo a Santiago. Se suponía que luego se dirigía a Valdivia para realizar la misma maniobra y regresar a la Capital. Al llegar al aeródromo de Pichoy (cerca de Valdivia) a eso de las 15.30, se nos informaba que dadas las condiciones climáticas adversas era altamente improbable que el avión aterrizara en Valdivia. Se nos agregó un dato, la nave tampoco había conseguido hacer pista en Osorno y se había dirigido a Puerto Montt en donde, yo sospechaba, su tripulación pasaba una tarde tediosa a la espera de los informes de la Dirección de Meteorología. Al preguntar al personal encargado que iba a ocurrir si, como ellos alertaban, el vuelo se cancelaba, se nos dijo que no había claridad y no se vislumbraban alternativas de solución a los cada vez más fastidiados pasajeros. Tras una hora y media de tediosa espera, en un aeródromo más pequeño que cualquier estación de buses, se nos informó, ya eran las 17:00 horas, que un bus nos llevaría a Puerto Montt y que el vuelo 246 nos esperaba allí para tornar a Santiago. Se insistió en que las condiciones climáticas hacían imposible la operación de aterrizaje de la nave y que un intento en ese sentido podía poner en peligro la vida de toda la comarca que rodea el aeródromo. Resignados y ansiosos nos aprestamos a subir al bus. El clima era, en efecto, de fuerte viento, chubascos aunque por algún lado de lo alto el sol hacía amago de despuntar con lo cual todo indicaba que la visibilidad requerida para aproximarse a la pista no era nebulosa. El problema, insistían las funcionarias, indolentes antes que nada, era el viento. No quedó más remedio y comenzamos a instalarnos en un bus de una incomodidad no muy diferente a la de los aviones que surcan, a veces, los cielos de esta parte del mundo. Lo interesante fue que cuando estábamos arriba del bus, aún en Pichoy, aterrizó un avión de Sky proveniente de Santiago vía Concepción. Se anunció que recogía a sus pasajeros (los que nos hacían musarañas a nosotros) y regresaba a Santiago de nuevo vía Concepción.

A partir de aquello surgió la pregunta obvia, ¿Cómo es posible que un avión de otra compañía arribe a una zona con condiciones climáticas “adversas”, mientras una nave de la mayor compañía aérea que existe en el país no se atrevía?. Se hicieron las consultas las cuales se manifestaban a la par de una creciente indignación. Se nos dijo que los parámetros de seguridad entre una compañía y otra eran diferentes y, se deslizo, con su que, que a los pilotos de Sky les pagaban por aterrizar y por ahorrar combustible, cuestión que LAN, obviamente no hace. Se pintó un cuadro que diferenciaba a las compañías, LAN, altos estándares de seguridad a la par con la clase mundial que dicha empresa profesa. La otra, a la par de alguna compañía de cualquier miserable lugar del mundo subdesarrollado. No quedó más remedio que recorrer por tres horas y media la carretera al sur mientras los pasajeros de Sky, presumiblemente, ya tomaban él te en sus casas mirando el CDF o padeciendo la inevitable depresión dominguera que inicia siempre cuando oscurece.

Así no más fue la cosa. Llegamos a Puerto Montt a eso de las 21.15, nos embarcaron, como se decía antes, a “mata caballo” y arribamos, por fin, a nuestro destino luego de las 23:00. De todo esto surgen varias preguntas que conviene retener.

 

1.       ¿Es cierto que los estándares de seguridad pueden ser tan diferentes? Cabe colegir de eso que mientras una compañía opera en connivencia con la posibilidad del desastre, la otra no corre riesgo alguno Da para sospechar, sobre todo respecto del discurso de LAN. A veces he tenido suerte y he aterrizado o despegado desde Valdivia con climas más horribles que los de aquel día. ¿No debiera alguna autoridad competente, donde la haya, hacerse cargo de esto?

2.       ¿Es posible que fruto de la explotación desmesurada a la que LAN somete a su flota y a su personal se haya producido alguna falla en otro sitio y esto haya desencadenado un efecto en cadena?

3.       ¿Llegará el día en que los “picantes” aeródromos del sur, se les da en llamar pomposamente "Aeropuertos”, (me refiero a Temuco, Valdivia y a esa verdadera "pampa" que hay en Osorno) mejoren no sólo su infraestructura, sino también, mejoren la tecnología que permita operar en condiciones adversas? (eso si es que LAN tiene razón y Sky desprecia la vida humana, cosa difícil de creer.)

4.       ¿Son las naves que se utilizan las más apropiadas para esas zonas?

Todo esto se ha venido planteando desde hace muchos años y sería conveniente que alguien, al menos, dijera algo. ¿No?

2 comentarios:

Omar Saavedra Santis dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Omar Saavedra Santis dijo...

Addendum:
el comentario anterior no lo borré yo, lo hizo mi netbook en complicidad con mis dedos. Vale.
No era tan importante. Sólo decía que
usted, querido columnista, pareciera no darse cuenta del país en que vive:
que -aunque la regencia y el vasallaje afirmen lo contrario- está muy lejos de ser una moderna Capitanía General. La verdad es que no alcanza ni para retén. En todo caso, una perfecta aldea Potiomkin. Cordialmente suyo. O.